FASE festival anual hispano-alemán

En mi paso por Berlín tuve la suerte de ver algunas acciones y declamaciones poéticas. Entre ellas apunto “FASE” festival anual hispano-alemán, dedicado al arte sonoro, que se desarrolla en Berlín desde el año 2010, en estrecha colaboración con el Instituto Cervantes de la capital alemana. La acción que pude ver/oír y de la que quedé prendado fue protagonizada por Ernesto Estrella (poeta, educador, músico y compositor nacido en Granada) y Miako Klein (música, intérprete e improvisadora con un trasfondo musical de lo más variado). Y por supuesto el ojo que tiene Raquel Rivera por la gran selección de autor@s que han participado en esta edición.
Con Ernesto coincidí en Nueva York en 2011 realizando un proyecto conjunto sobre poesía. Allí fue donde descubrí su vertiente más experimental, su voz y su forma de declamar me impresionaron. A Miako la conocí este enero en Berlín, en una Jam de improvisación de “ruidismo” como dicen algunos. A mí personalmente me gusta más la expresión de poesía experimental, dentro del concepto de la poesía llevada al sonido de los extremos, donde se combina lo onírico/conceptual.
Ermesto y Miako /Miako y Ernesto realizaron cuatro piezas consecutivas.

Actuación de Ernesto estrella y Miako Klein en FASE 2014. Fotografía de Carlos Ortiz

La facilidad para los idiomas de Ernesto, su voz, manipulada por largos ejercicios vocales, junto al sonido ejecutado por Miako hicieron de la primera pieza “Safo: “He’s equal with the Gods, that man” (voice, recorder)” una composición sonora suave. Fue un dialogo susurrado al oído, la flauta acompañaba a la voz, llegando por momentos a la estridencia y descendiendo al ritmo de una nana de la niñez. En las demás piezas, la conjunción de dos culturas daba lugar a una mezcla desconcertante. Las raíces japonesas de Miako se dejaban sentir, entre el aire provocado por diferentes instrumentos de viento (Basset recorder, Paetzold contrabass recorder, Ganassi g-Alto) Un control impresionante hacía percibir el sonido de la brisa en un plano superior, al mismo tiempo que las notas salían como de la nada. Ernesto acompañaba por momentos, pasaba a dirigir en otros, se respondían en un dialogo que transportaba a espacios mentales antes difíciles de percibir.
La voz de Ernesto en susurros, en verso, entrecortada, incluyendo gran variedad de registros, el cante hondo de la España más profunda, donde revolvía la voz con fuerza.
Los ritmos de Miako, las rasgaduras, las notas suspendías en el aire. La estridencia de la voz de Ernesto y las cuerdas y notas acariciadas de Miako formaron un hermoso, desconcertante y maravilloso espectáculo sonoro.
Las sensaciones son difíciles de plasmar en papel, por lo que os dejo la pista de audio. Aunque la calidad del sonido no sea óptima, si es capaz de transportarnos a esos lugares a los que difícilmente podremos llegar sin oír estas obras.